En un mundo como éste, en el que algunos ingenuos creen que en occidente reina la libertad y otros incapaces de asumir su responsabilidad creen que la libertad es una entelequia, y que los poderosos hacen y deshacen a su gusto riéndose de nosotros, el Vehemente cree en la Libertad. Siempre. Aunque a veces sólo sea la Libertad de Gritar. Gritar de rabia o gozo, gritar de dolor o de alegría, gritar en contra o a favor, pero siempre con Libertad.

5.7.15

REFERENDUM EN GRECIA

No soy un experto en economía. Ni siquiera he seguido demasiado de cerca el tema griego, pero como a todo el mundo me interesa lo que pueda pasar y tengo cierta opinión formada aunque, como digo, sea desde cierto alejamiento informativo y desde la ignorancia económica.

Lo de la ignorancia económica me preocupa relativamente poco y me parece que carece de importancia ya que, después de todo, los expertos en economía son los más ignorantes en ese campo como llevan años demostrando no acertando ni una con sus previsiones y recetas y actuando únicamente sin errar demasiado cuando lo hacen como forenses, explicando (o intentándolo, que a veces ni eso) las causas de la muerte después del fallecimiento.

El caso es que hoy es el día del famoso referéndum griego, ese que va a a hacer tambalearse a Europa, a desestabilizar el mundo y, si nos descuidamos, a desviar las órbitas de los planetas. Ese en el que los griegos van a decirle a Europa y al mundo si van a seguir bajando las orejitas (y los pantalones) ante la Unión Europea (o como se llame a día de hoy esta cosa que parecía muy bonita cuando empezó y cada vez se ve más siniestra) o, por el contrario, deciden dar un zapatazo en la mesa hartos ya de humillaciones. No seré yo el que entre a valorar si los griegos son culpables o no del comienzo de sus desgracias (que seguramente sí en parte), si han despilfarrado o no el dinero que el resto de Europa les iba "dando", como tantas veces ha hecho España, o si son el demonio con cuernos y rabo en punta de flecha, pero tengo claro que por el camino por el que les quiere llevar la "troika" (que no Europa, que somos todos) no van a ningún lado, por lo menos a ningún lado bueno. Como decía, los economistas y los gobiernos que parten la pana llevan ya unos cuantos años confundiéndose estrepitosamente con sus recetas de austeridad y lo peor es que bajo ningún concepto están dispuestos a reconocerlo y rectificar.

El caso es que todos los medios están volcados en el dichoso referéndum y leo en un subtítulo de un periódico digital que "la mayoría de quienes defienden el 'no' son europeístas". Y lo pone como si fuera una cosa rara e inexplicable. A mi me parece de lo más normal. Una cosa es ser europeísta y otra muy distinta ser gilipollas, pero parece que algunos periodistas lo confunden, como confunden casi todo. Yo también soy europeísta convencido y por eso mismo creo que la solución está más en ayudar a otros europeos que las están pasando putas que en asfixiarles hasta que revienten. Que dicho sea de paso, si llegan a reventar nos van a reventar al resto de europeos en la cara. Quienes no son europeístas son Merkel, el FMI, el Banco Central Europeo y todos sus colegas, entre los que se encuentra Marianito, el Espabilao, que el otro día dijo eso de "una cosa es ser solidario y otra es ser solidario a cambio de nada". ¡Olé, mi niño! ¡Con dos cojones! La frase (en el minuto 6:55 aproximadamente) es para apuntarla. Pues ahí, precisamente está el quid de la cuestión, en que la solidaridad, como el amor (¡Oh, qué bonito!), consiste en dar sin esperar nada a cambio y ser europeísta consiste en anteponer los intereses de Europa, y por tanto de los europeos, a los del país de uno. Pero parece que en Europa los que mandan son los menos europeístas.

Así nos luce el pelo. Y así nos va a lucir.


El Vehemente.

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