En un mundo como éste, en el que algunos ingenuos creen que en occidente reina la libertad y otros incapaces de asumir su responsabilidad creen que la libertad es una entelequia, y que los poderosos hacen y deshacen a su gusto riéndose de nosotros, el Vehemente cree en la Libertad. Siempre. Aunque a veces sólo sea la Libertad de Gritar. Gritar de rabia o gozo, gritar de dolor o de alegría, gritar en contra o a favor, pero siempre con Libertad.

3.6.14

AL FINAL SE VA, CON EL RABO ENTRE LAS PIERNAS (o cómo un tío con coleta puede hacer tambalear una institución)

Al final se va, por fin. Ya iba siendo hora. Lo que pasa es que se podía llevar de paso a los suyos, pero no, no va a haber suerte.
Pero algo hay positivo en esta huída, además de que se vaya. Para mí, es muy significativo el momento. La cosa está caldeada ya hace tiempo, pero ahí estaba aguantado como un campeón, pero ahora, de repente, se va. ¿Por qué? Pues hombre, a lo mejor estoy yo un poco esquizofrénico, pero me parece extremadamente significativo que lo haga una semana después de unas elecciones europeas que han puesto patas arriba (hasta cierto punto) el panorama político español, con una fragmentación mucho mayor de lo que estábamos acostumbrados y el auge de ciertos grupos que podrían no estar muy de acuerdo con la continuidad de la monarquía. Vale que no es tan fiero el lobo como lo pintan para el PPSOE, y que el PPSOE sigue sumando la mitad de los votos, ahí es ná, y con estas leyes electorales tan chulas que tenemos más de la mitad de los representantes, pero lo cierto es que sí que le han visto las orejas. Todos. El Borbón también.
Y resulta, que aunque la Constitución no dice un carajo en su Título dedicado a La Corona (sic) sobre el procedimiento para la abdicación y el posterior nombramiento (si se puede decir así en el caso de un rey. Nosotros nos entendemos) del sucesor y la ley orgánica que debería haberlo desarrollado lleva 35 años esperando dormidita (en realidad ni si quiera ha estado dormida, es que no ha estado) y ahora la quieren despertar con prisas para que se asee, se vista y haga acto de presencia hoy mismo en las Cortes Generales a toda hostia y de mala manera, es de suponer, que al nuevo Rey lo habrán de proclamar las Cortes Generales con una mayoría de no sé cuántas partes sobre no sé cuántas. Y ahí viene el problema. El Borbón se ha dado cuenta de que aún tiene a las Cortes a su favor y al de su heredero pero que a lo mejor, si espera a 2015, todas esas fuerzas que pudieran no estar de acuerdo en que sigamos con un sistema medieval en pleno siglo XXI podrían llegar a plantear un muy serio problema al no llegar los apoyos para el nuevo Rey a las no sé cuántas partes necesarias. Y el escándalo patrio y el cachondeo internacional iban a ser para verlos.
Así que, como hombre valiente que es, ha decidido huir. Como las ratas del barco que se hunde. Hacemos el relevo ahora y después que ganen todo lo que quieran los demonios republicanos esos, habrá pensado. Así podemos tirar otros cuarenta años.
Hay que joderse en este país de mierda.
Pero bien, con un poco de suerte, ganamos el mundial.


El Vehemente.

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