A ver qué pillamos

Hay que joderse. Una vez más hay que joderse.

Resulta que la familia de Antonio Puerta, futbolista del Sevilla que lamentablemente falleció hace algo más de un año, prácticamente en el terreno de juego, pretende sacarle al club 240.000 euros del ala (unos 40 millones de pesetas, ahí es ná). Sabe Dios con que excusa.

Resulta que un tío que juega la fútbol profesionalmente, ganando por tanto una pasta gansa que ya quisiera yo para mí, tiene la desgracia de morir súbitamente, supongo que por algún defecto congénito de su corazón o algo así (no estoy muy puesto en esta noticia, pero las muertes súbitas de deportistas profesionales casi siempre ocurren por éste motivo*) y la culpa va a ser del club para el que trabajaba. Lo dicho, hay que joderse.

En este país de mierda nos hemos apuntado más que rápido y nos hemos aplicado con nota a ese pasatiempo americano del "demanda que algo caerá". Sumado esto a esa idiotización de la población de la que ya he hablado en alguna ocasión, a causa de la cual no sólo nadie es culpable de lo que le ocurre (que nadie me malinterprete, no pretendo culpar a Antonio Puerta de su propia muerte), sino que tampoco nadie es capaz de asumir la fatalidad fortuita, que a veces pasan cosas porque sí y sin responsable directo, nos da como resultado estas situaciones. Pase lo que pase alguien tiene que pagar. Porque si alguien paga quiere decir que alguien cobra, y de eso se trata. De vivir la vida por la cara, de seguir viviendo en ese limbo de los imbéciles que no son sujetos de nada, sino siempre objetos de las acciones de otros, siempre víctimas inocentes, siempre a merced del hado, que es un cabrón, sí, pero que a lo mejor nos hace ricos.

Esto de que la familia de un deportista de élite, entre cuyas obligaciones podríamos considerar conservarse en el mejor estado de forma posible, realizándose todos los controles precisos y asumiendo por tanto una responsabilidad sobre su estado de salud y sobre sus posibles males congénitos o no, demande al club en el que juega (la empresa para la que trabaja), que también tiene, supongo, entre sus obligaciones garantizar la atención médica y optimizar su preparación física, es tan surrealista y absurdo como si el club le demandara a él por inclumplimiento de contrato. El Sevilla le contrata como jugador, lo que incluye que entrene, se someta a la disciplina del club y cuando el entrenador lo considere conveniente juegue partidos. Si se muere ya no puede hacer nada de eso, lo que evidentemente supone un perjuicio para el club.

A que esto último que he escrito es una gilipollez?, a qué sí? Pues lo mismo que está haciendo su familia.

Como diría Antúnez, el personaje de Cámera Café: ¡¡Gentuza!!

El Vehemente

* Al parecer en más de 97% de los casos de deportistas que fallecen por muerte súbita se encuentran enfermedades cardíacas previas, que generalmente se podrían haber tratado de haberse diagnosticado previamente. En el 3% restante de los casos, se hallan otras enfermedades o hay problemas de humedad y temperatura extremas o consumo de drogas ilícitas o lícitas. Supongo que habrá un pequeño porcentaje que se salga de estas dos hipótesis. En el caso de Puerta se habló inicialmente de displasia arritmogénica del ventrículo derecho pero ,hasta donde yo he llegado a informarme, este diagóstico se descartó más tarde y no he encontrado otro posterior. En cualquier caso, Puerta ya había tenido alguna llamada de atención, el 25 de mayo de 2006 había sufrido un desvanecimiento en la bajada a vestuarios durante un partido contra el Club Deportivo Badajoz, lo que nos podría llevar a plantearnos si tanto el jugador como su club realizaron los controles y estudios necesarios a la vista de los antecedentes. A lo mejor nos pueden contestar esos familiares que denucian.