Admiración y Respeto

Jamás simpaticé con el F.C. Barcelona. A decir verdad, siempre le profesé todo el desprecio que mi indiferencia por el mundo del fútbol profesional me permitía, que tampoco era mucho. Sus actitudes chulescas, su insistencia en mostrarse como un símbolo del peor nacionalismo catalán, su permisividad con los separatistas y sus pancartas siempre me parecieron lamentables.

Pero por una vez en la vida he de mostrar mi admiración y respeto, aunque sólo sea transitorio, por este club. Después de cumplir más de cien años sin haber "manchado" jamás su camiseta con publicidad, cuando por fin se deciden a dar tan doloroso paso, no lo hacen para forrarse aún más anunciando teléfonos, operadores de telecomunicaciones, constructoras mafiosas, imperios de la moda o marcas de fabada asturiana. Lo hacen para mostrar al mundo sobre sus pechos el nombre y el logo de UNICEF.

Y por si fuera poco, no sólo lo hacen sin cobrar un duro, sino que lo hacen pagando. El Barça paga dinero a UNICEF y además le hace publicidad.

Antes de empezar a especular sobre los posibles beneficios de imagen que tan loable gesto le pueda suponer al club, y que por tanto se pueda considerar como una inversión publicitaria, antes de empezar a especular sobre los benficios fiscales o tributarios que le pueda aportar esta operación, o antes de empezar a especular sobre cosas aún más feas voy a ir terminando para evitar todo eso.

Así que, lo dicho. Hago llegar mi más sincera e ingenua admiración y respeto por tan admirable gesto al F.C. Barcelona. ¡Ojalá muchos tomen ejemplo!

El fútbol es así.

El Vehemente.

Ingenuidad

Hace unos meses, cuando ETA anunció una tregua, ya expresé mis dudas. Hoy, releyendo aquella entrada y a la vista de la situación actual descubro mi ingenuidad.

Planteaba en aquella ocasión si ETA-Batasuna sería capaz de controlar los desmanes de sus cachorros expertos en el terrorismo callejero, cuando lo que debería haber planteado era si ETA-Batasuna seía capaz de controlar sus instintos y no ordenar acciones a sus "borrokas". Pero no, no han sido capaces. Como en el caso del escorpión que picó a la ranita que le cruzaba el río en sus espaldas, está en su naturaleza y no pueden evitarlo.

No obstante, que nadie se preocupe. El "proceso de paz" no corre peligro. Esta desgracia con patas que tenemos como presidente parece dispuesto a continuar con el proceso y a negociar (y por tanto a hacer concesiones) aunque volvamos a ir de funeral. Total, siempre se podrá decir que son otros, unos incontrolados, pero que los chicos de ETA-Batasuna son buenos y merecen la oportunidad del diálogo.

Dios nos libre de un tonto poderoso.

El Vehemente.

La Monarquía y el Siglo XXI

De nuevo tenemos embarazo real. Y de nuevo tenemos, por tanto, polémica a la vista sobre la posible sucesión de la Corona del Reino.

Pues bien, me resulta sorprendente la polémica porque implica ciertas contradicciones importantes.

En primer lugar que haya gente dispuesta a polemizar sobre la prioridad del varón sobre la mujer, o del primógenito sobre los hijos posteriores en los derechos de sucesión al Trono indica que hay gente a quien le preocupa dicho tema y que tiene un interés real en la Institución que estos señores representan.

Y ahí va la primera contradicción. La democracia moderna es contradictoria y debería ser incompatible con un sistema feudal medieval, basado en un supuesto Derecho Divino y que se pasa, por tanto, por los mismísimos, el principio de Igualdad recogido, por ejemplo en el artículo 14 de la Constitución Española. Pues bueno, a pesar de todo ello parece que buena parte de la población de este Reino apoya la monarquía y por eso se preocupa por sus mecanismos sucesorios. Claro, que a lo mejor, ni somos democracia, ni somos modernos, ni ná de ná.

Creo que hay otro grupo de gente dispuesto a polemizar sobre el tema por motivos muy distintos. Son aquellos progres trasnochados y sus herederos los izquierdistas de boquilla afectados por la terrible enfermedad de la Corrección Política que tanto daño están haciendo a este mundo. Son aquellas personas dispuestas a emprender una cruzada contra la terrible injusticia que supone la prioridad del hombre sobre la mujer en la sucesión, pero que ven como lo más natural del mundo la prioridad del primer hijo sobre los siguientes. Y ahí está la segunda contradicción. Es gente que no se opone a las discriminaciones, sino solamente a algunas, especialmente si son políticamente incorrectas. Discriminar al hijo pequeño deber ser justo y razonable, y probablemente darle menos de comer también. Esa misma gente es la que ha conseguido una modernísima y superprogresista Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género (¿no habría sido mejor una Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia Doméstica?) que trata de modo completamente diferente al agresor según sea hombre o mujer y según agreda a mujer o a hombre.

La tercera contradicción está en esa tendencia actual a que la Familia Real funcione como el resto de los mortales, de modo que si para el resto de ciudadanos en cuestiones de herencia prima el orden en la descendencia sobre el sexo, para los reyes, los príncipes y los infantes, debe ser igual. Esa misma teoría es la que hace que muchos estén encantados con una princesa divorciada o con una infanta que hace como si trabajara en la Fundación La Caixa, pues así parecen como nosotros los pobres infelices de la plebe. ¡Qué majos son!, ¡Qué cercanos a la gente y que campechanos!

Craso error cometen y flaco favor hacen a su adorada Institución los que así piensan. Parecen no darse cuenta de que la esencia de la realeza está en la diferencia, la exclusividad y el derecho divino. Parecen no darse cuenta de que si les quitan eso y los convierten en personas normales deja de tener sentido que ocupen el lugar que ocupan y que tengan la asignación presupuestaria y los privilegios que tienen; porque si son iguales que yo, yo también quiero.

Letizia, enhorabuena y que todo vaya muy bien.

Viva la República.

El Vehemente.

Moros y Cristianos

Yo creo que a estas alturas a casi nadie le quedan dudas de que el máximo representante de la Iglesia Católica en la Tierra, Ratzinger Z, además de un malnacido, es bobo.


Yo creo que a nadie se le escapa que este individuo es único haciendo amigos.
Sus declaraciones de estos últimos días, sin entrar a fondo en la razón o en la sinrazón que conllevan, es evidente que no han sido afortunadas desde un punto de vista digamos diplomático. No está el horno precisamente para bollos.


Pero a pesar de todo ello, no puedo dejar de pensar lo siguiente: Si este zopenco dice cuatro tonterías y se monta la que se monta, y los musulmanes de medio mundo caen presos de la cólera y organizan la de Dios es Cristo y amenazan con matarlo y con acabar con occidente y todas esas cosas, ¿qué pasaría si cada vez que un líder religioso musulmán dice una estupidez, o directamente incita a la guerra, al asesinato, al terrorismo o a cualquier otra lindeza de esas, los cristianos del planeta se pusieran hechos unos basiliscos, montaran en cólera y se levantaran en armas contra el infiel y el sarraceno?


Pues que el mundo habría saltado en pedazos hace ya algún tiempo.


Empiezo a estar ya un poquito harto de tener que aguantar provocaciones de todo el mundo y tener que poner siempre la mejor de las sonrisas y la otra mejilla.


Empiezo a estar harto de que los mismos islamistas radicales que no se molestan en ocultar que nos quieren rebanar el cuello se hagan los ofendidos si una revista francesa de coña hace chistes con Mahoma. Empiezo a estar harto de que algunos se ofendan si en una tienda de Barcelona un cartel no está en catalán pero yo me tengo que joder y además no tengo derecho a sentirme molesto si no está en español, que es idioma oficial en Cataluña. Empiezo a estar harto de que si alguien dice algunas verdades sobre algunos inmigrantes sea considerado un racista pero que después ese mismo alguien vea como esos mismos inmigrantes, sólo por el hecho de serlo, pasan por delante de él en las listas de plazas para guarderías o en las reservas de pisos de protección pública. Empiezo a estar harto de que mientras que a un pobre hombre que roba para subsistir (y ni le defiendo ni le justifico) le caen unos cuantos años y además la sociedad le desprecia, a los mamones que roban de verdad cantidades ingentes rara vez les veamos en la cárcel, cuando les vemos es por poco tiempo y generalmente gozan de gran prestigio social, e incluso el rey les invita con frecuencia a celebrar su onomástica.


Empiezo a estar harto.


El Vehemente.